sábado, noviembre 17, 2007

RACISMOS LATINOAMERICANOS



Desde mi infancia en Ecuador siempre me sobresaltó la forma a menudo despectiva, peyorativa o sobreprotectora que parte de la población demostraba hacia hombres y mujeres indígenas y negros; en algunos casos los prejuicios racistas se expresaban indulgencia: “indiecitos pobrecitos, no tienen nada”; en otros casos los tintes excluyentes dominaban: “los indios son atrasados, no son civilizados, no son como nosotros”; había también momentos para el odio y el rechazo racista: “indios de mierda, vienen a ensuciar la ciudad”; algunas personas en su búsqueda de soluciones los subordinaban aún más: “a nuestros indios hay que educar, viven en la ignorancia”. Recuerdo que había quienes “castigaban” con comentarios ofensivos a personas con apellidos o rasgos indígenas, en ocasiones los prejuicios racistas tomaban giros dramáticos si se trataba de hombres o mujeres negros: “son vagos y ladrones”. Así de escandalosos son los recuerdos que tengo sobre los prejuicios y las acciones racistas en mi país.


Conforme fui creciendo y conocí otras sociedades latinoamericanas, descubrí que los prejuicios en contra de la población indígena y negra no constituían un patrimonio ecuatoriano: en México ocurría otro tanto, en Perú la situación era similar a la del Ecuador, en Chile, Bolivia, Nicaragua, Paraguay, Argentina, Brasil y en casi todos los países de América Latina sucedía más o menos lo mismo. En las Américas la condición de clase, etnia y raza van de la mano construyendo sociedades estratificadas y diferenciadas; las sociedades latinoamericanas son a menudo herederas de los sistemas de castas coloniales, las Repúblicas han fracasado en sus objetivos de integración social. ¿Qué mecanismos volvían tan acentuado el racismo hacia indígenas y negros?, ¿Cómo es que en países republicanos, con legislaciones en su mayoría de vocación democrática, los prejuicios racistas fueran tan marcados y lograban perdurar a través del tiempo?, ¿Qué valores, prácticas cotidianas o ideas hacían (y hacen) posible la reproducción de los racismos?.


Hoy numerosos pueblos indígenas de las Américas se han organizado, levantado sus voces y solicitado público reconocimiento y respeto a sus derechos; este proceso les ha permitido a ellos alcanzar un rol político preponderante y a las sociedades nacionales como la ecuatoriana, mexicana o peruana, desarrollar una mayor conciencia frente al racismo y sus formas. Paralelamente, en algunos puntos de las Américas existen ya iniciativas educativas y legales para contener los prejuicios racistas y transformarlos en valores democráticos, en varios países, Brasil por ejemplo, se aplican programas de discriminación positiva a favor de poblaciones indígenas y negras.


Pero desafortunadamente el racismo no se ha superado. Aún persisten ideas y prácticas racistas y discriminatorias; falta educación y legislaciones que traten y prevengan la exclusión racista. Los pueblos indígenas y negros suelen estar en desventaja educativa y social frente a las poblaciones nacionales. La exclusión social por motivos étnico-raciales sigue siendo una realidad. Hoy algunos organismos internacionales promueven formas de desarrollo diseñadas “culturalmente” identificando tipo físico (raza) o pertenencia étnica con un tipo de negocios (por ejemplo relacionar mecánicamente pueblos indígenas con ecoturismo o con confección de artesanías), ignorando las potencialidades de la educación, la necesidad de movilidad social y la superación de condiciones de subordinación política que debe acompañar a cualquier proceso de desarrollo económico y social.Planteo varias preguntas para ustedes: ¿Qué experiencias de racismo han experimentado o conocen, en dónde, en qué circunstancias?, ¿Basta la educación democrática para desterrar el racismo y sus formas?, ¿Existen marcos jurídicos suficientes para contener y castigar acciones racistas en Latinoamérica?


-Foto: A. Rivas. Desfile por fiestas de Queretaro, México (2003). Reinvindicaciones culturales indígenas en un ambiente dominado por el discurso del mestizaje.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lamentablemente es un tema de "actualidad" no solo en Ecuador, América Latina sino en el mundo entero.. que como lo podemos parar? aun YO no tengo la respuesta muy a pesar que hago lo que como mujer, como ser humano, como migrante debo hacer, tratar a todos por igual para que me traten de la misma manera.. crees que es un comienzo??

Armando dijo...

Hola, sin duda, el racismo existe en todos los lugares del mundo porque todos las personas somos iguales. ¿O no es así? Quien lo niegue es racista. Por ello, son las circunstancias y características de cada sociedad las que regulan el nivel de racismo. En mi caso particular, sobre todo con dos novias peruanas, me di cuenta de su racismo, algo por lo que les criticaba sin descanso y sin éxito. La india despreciaba a los negros de Perú. La mulata a los indios (me acuerdo que los llamaba cholitos).